martes, 1 de junio de 2010

Querido Lector:

Gracias. ¿Por qué? Por todo. Por lo que fui y por lo que soy. Porque seré una parte de ellos, de ti y de mí. En lo que hemos fallado, mañana será mi punto fuerte y en lo que hemos ganado hoy conforma mi persona, con nuevos errores que cometer, con nuevas experiencias por vivir.
Gracias porque aquello en lo que creía no era más que un impulso hacia delante, un apoyo abstracto que me acompañaba allá por donde fuera. Porque aún me faltan años para la senectud, para el olvido; pero me sobran años de recuerdos, de estampas. Ilusiones en ocasiones improbables de cumplir y más veces, ilusorias; algo a lo que aferrarse cuando la razón no está de tu parte.
Gracias por la esperanza que me regalaste, porque en los momentos difíciles fue mi mejor amiga, descontando las horas y los pitillos consumidos.
Querido Lector, me gustaría devolverte el favor ofreciéndote mi más sincero amor, mi más falso olvido y mi fluctuante sonrisa. Quizás la naturaleza me escuche mientras ritualizo la noche más corta y a la vez más larga del año, la misma que me condujo hacia la época más feliz de mi existencia; pero mi razón, esa que nunca ha estado a mi lado, se afianza a la lógica de que el ciclo está cerrado, ya es hora de empezar de nuevo y que la serpiente que muerde la cola pueda dejar de ser prisionera del dolor, del egoísmo. Porque madurar no es solo ser independiente, es mucho más que eso, es saber actuar de forma coherente, reflexiva. Más de uno diría que la razón ha podido con el corazón...yo te digo, querido lector, que mi corazón es hoy quien le pide a mi razón ayuda, dejando atrás luchas que ya estaban perdidas. Nunca he estado preparado para los grandes cambios, son ellos los que me han formado para luchar por lo que quise, por lo que quiero. Así que hoy me enfrento a gigantes como lo hizo 400 años atrás Don Quijote de la Mancha, advirtiendo como él que esta batalla se libra en mi cabeza, pero con una ventaja: mi camino aún no se ha prescrito.
Así que solo me queda agradecerte todo aquello que hace que hoy de un paso enfrente sin conocer qué es lo que me depara y sin comprender exactamente el por qué debo hacerlo, como tampoco supo Paulo Coelho cuando emprendió su camino físico y espiritual hacia Santiago de Compostela.

Gracias por teñir estas palabras de un sabor agridulce, porque eso me recuerda que aún sigo vivo. Tan vivo, que lo único que hoy temo es a vivir demasiado.


"Caminante son tus huellas el camino nada más; caminante no hay camino, se hace camino al andar" Antonio Machado.

4 comentarios:

Rudy dijo...

De uno de tus lectores, gracias a tí por escribirnos.

Tu lector dijo...

Te respondí en el mío

Cobrin of Dark dijo...

De otra de tus lectoras... obviamente, de nada.
Obviamente 2, gracias por volver.

Thiago dijo...

jaja Bueno, yo puedo ser uno de tus lectors nuevos, no se si para que me lo agradezcas, pero sacame a Paulo coelho del camino, jajaa

Bezos

P.s. ya me voy, solo estuve curioseando por tu blog, cuando veo un blog nuevo, me gusta conocer algo al autor.